El conflicto entre Israel e Irán ha elevado la tensión en los mercados energéticos internacionales. Analistas alertan que una escalada militar podría desatar un impacto económico global, especialmente si se ve comprometido el tránsito por el estrecho de Ormuz, una de las rutas más estratégicas del comercio mundial de petróleo.
Fecha:Monday 03 Nov de 2025
Gestor:INSTITUTO ISIEN
La reciente escalada diplomática y militar entre Israel e Irán ha encendido las alarmas en los mercados energéticos. Tras varios intercambios de advertencias y movimientos militares en la región, las bolsas internacionales reflejaron una fuerte volatilidad en los precios del crudo, con el Brent superando momentáneamente los 96 dólares por barril.
Según expertos consultados por Funds Society, el epicentro del riesgo radica en el estrecho de Ormuz, por donde transita aproximadamente el 20 % del petróleo que se comercializa a nivel global. Cualquier bloqueo o ataque a esta vía marítima tendría consecuencias inmediatas para la seguridad del suministro energético mundial.
Los principales actores del mercado energético —incluidos Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar— han mostrado preocupación ante la posibilidad de interrupciones logísticas en la región. Grandes compañías petroleras han comenzado a revisar sus rutas marítimas y pólizas de seguro ante la posibilidad de un escenario bélico prolongado.
En paralelo, las tensiones han incrementado el interés por el gas natural licuado (GNL) como alternativa temporal, impulsando las cotizaciones en Europa y Asia. Analistas señalan que una prolongación del conflicto podría reconfigurar las cadenas de suministro y los acuerdos de exportación vigentes.
El gobierno israelí ha acusado a Irán de fomentar la inestabilidad regional a través de sus aliados en Siria y el Líbano, y ha reiterado su derecho a defender sus intereses estratégicos. Por su parte, Teherán ha advertido que responderá “de manera contundente” a cualquier agresión y que no tolerará la presencia militar israelí cerca de sus fronteras.
Este intercambio de amenazas ha llevado a una mayor militarización del Golfo Pérsico, donde buques de guerra de Estados Unidos y el Reino Unido también han incrementado su presencia, generando un ambiente de alta tensión.
Economistas advierten que un conflicto abierto entre ambos países tendría repercusiones inmediatas para la economía mundial. Un aumento sostenido del precio del crudo podría desencadenar inflación en las principales economías y poner en riesgo la recuperación global.
Además, un cierre temporal del estrecho de Ormuz —aunque sea parcial— afectaría no solo a los exportadores de petróleo, sino también a la industria del transporte marítimo, las aseguradoras internacionales y los países dependientes de importaciones energéticas, especialmente en Asia.
La crisis entre Israel e Irán no solo representa un conflicto regional, sino un desafío directo a la estabilidad del sistema energético global. Con los precios del petróleo al alza y la diplomacia internacional en tensión, los próximos días serán decisivos para determinar si la situación se contiene mediante mediación diplomática o si el mundo se enfrenta a un nuevo ciclo de incertidumbre y volatilidad energética.