Sorprendente aumento del consumo de energía primaria en Alemania

Alemania sorprendió al registrar un aumento del 5,4% en su consumo de energía primaria en el primer trimestre de 2025, impulsado por un invierno más frío, mayor actividad industrial y uso de carbón y gas. El repunte genera preocupación ambiental y pone en duda las metas climáticas del país. Las renovables crecieron poco y no compensaron el alza en fósiles. El gobierno promete acelerar inversiones verdes para evitar retrocesos.

Berlín, 28 de mayo de 2025 – En un giro inesperado para el sector energético europeo, Alemania ha reportado un aumento significativo en su consumo de energía primaria durante el primer trimestre de 2025, desafiando las previsiones de desaceleración energética vinculadas a la eficiencia y la transición verde. De acuerdo con los últimos datos del Grupo de Trabajo sobre Balances Energéticos (AGEB), el país registró un incremento del 5,4% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Este crecimiento ha encendido las alarmas en sectores medioambientales y ha abierto un debate sobre la sostenibilidad del actual modelo energético alemán, en un contexto donde la reducción de emisiones y el abandono progresivo de los combustibles fósiles eran las metas prioritarias.

¿Qué es la energía primaria y por qué importa?

El término "energía primaria" se refiere a la energía contenida en las fuentes naturales antes de ser convertida o transformada. Incluye el carbón, petróleo crudo, gas natural, energía nuclear, y renovables como la eólica, solar, biomasa e hidráulica. Se trata de un indicador clave para medir la demanda energética total de un país y su impacto ambiental.

En teoría, el crecimiento del consumo de energía primaria puede estar relacionado con una reactivación económica. Sin embargo, también puede señalar una mayor dependencia de recursos no renovables, con efectos adversos sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y los compromisos climáticos internacionales.

Factores que explican el repunte

El informe del AGEB identifica varios factores que explican este aumento:

1. Condiciones climáticas más frías: El invierno de 2024-2025 fue más riguroso que el de años anteriores, lo que elevó la demanda de calefacción en hogares, comercios e industrias, sobre todo en regiones del sur y este del país.

2. Mayor actividad industrial: La recuperación post-crisis energética y las nuevas inversiones manufactureras impulsaron la producción industrial, especialmente en los sectores de la automoción, química y metalurgia, tradicionalmente intensivos en consumo energético.

3. Mayor uso de carbón y gas natural: Aunque Alemania avanza en la descarbonización, el cierre de varias centrales nucleares en los últimos años ha llevado a un uso intermitente de centrales térmicas a carbón y gas para garantizar la estabilidad de la red eléctrica.

4. Retrasos en proyectos renovables: La implementación de parques eólicos y solares sufrió demoras debido a problemas logísticos y burocráticos, lo que redujo la oferta de energías limpias y obligó a recurrir a fuentes convencionales.

Desglose por fuentes de energía

Según el análisis del AGEB, el consumo de energía primaria en Alemania en este periodo se distribuyó de la siguiente manera:

• Gas natural: +9,1%

• Carbón: +7,3%

• Petróleo: +4,2%

• Renovables: +1,5%

• Energía nuclear: 0% (tras el cierre definitivo de las últimas plantas en 2023)

Si bien las fuentes renovables continúan en aumento, su ritmo de crecimiento no ha sido suficiente para compensar el mayor uso de combustibles fósiles, lo que ha repercutido directamente en el balance de emisiones de CO₂.

Reacciones y preocupaciones

El sorpresivo repunte ha generado críticas por parte de organizaciones ecologistas como Greenpeace y Fridays for Future, que advierten sobre un posible retroceso en la política energética del país. “Alemania corre el riesgo de incumplir sus metas de reducción de emisiones para 2030 si no redobla sus esfuerzos por reemplazar urgentemente el carbón y el gas”, alertó Luisa Neubauer, activista climática.

Por su parte, el Ministerio de Economía y Protección del Clima, encabezado por Robert Habeck, minimizó la preocupación al considerar el incremento como "estacional y coyuntural". No obstante, reconoció que se debe acelerar la construcción de infraestructura verde para evitar futuras dependencias temporales del carbón y el gas.

¿Qué implicancias tiene para Europa?

Alemania es la economía más grande del continente y un referente en políticas climáticas. Por tanto, cualquier cambio en su patrón energético repercute en las estrategias regionales de descarbonización. La Unión Europea observa de cerca estos datos, ya que podrían afectar los objetivos climáticos conjuntos y las metas del Green Deal.

Además, el alza en el consumo de gas natural en Alemania puede ejercer presión sobre los mercados energéticos europeos, encareciendo los precios y afectando la seguridad energética de países más vulnerables.

Camino a seguir: desafíos y propuestas

Los expertos coinciden en que Alemania deberá tomar medidas más contundentes para mantener su liderazgo en la transición energética:

• Desbloqueo normativo para renovables: Se requieren reformas que agilicen los permisos para nuevas instalaciones eólicas y solares, especialmente en zonas rurales y costeras.

• Modernización de la red eléctrica: La integración eficiente de fuentes renovables distribuidas exige una red más robusta y flexible.

• Inversiones en almacenamiento energético: Tecnologías como baterías de gran escala y sistemas de hidrógeno verde pueden permitir un mejor manejo de la intermitencia.

• Reducción de subsidios a combustibles fósiles: Para evitar el "rebote fósil", es clave revisar los incentivos económicos que aún favorecen el uso de fuentes contaminantes.

Conclusión

El aumento del consumo de energía primaria en Alemania durante 2025 es un llamado de atención en medio de un contexto global de transición hacia modelos más sostenibles. Aunque responde a factores puntuales como el clima y la reactivación económica, pone en evidencia la fragilidad de un sistema que todavía depende en parte de recursos no renovables.

La capacidad de Alemania para revertir esta tendencia y retomar el camino hacia una matriz energética limpia será determinante no solo para su futuro ambiental y económico, sino también para la credibilidad de sus compromisos climáticos en el escenario internacional.