Fecha:Friday 19 Sep de 2025
Gestor:INSTITUTO ISIEN
La hidrología es el corazón del diseño hidroeléctrico. Su análisis permite estimar cuánta energía puede generar una central a lo largo del año, considerando la variabilidad natural del caudal.
Datos históricos de caudal: Se recopilan series de al menos 20 años de registros diarios o mensuales del río en cuestión. Se analizan máximos, mínimos, medias y estacionalidad.
Curvas de duración de caudal (CDC): Permiten visualizar la frecuencia con la que se alcanza determinado caudal, clave para definir la capacidad instalada.
Análisis de estiajes y crecidas: Se evalúan los períodos de baja disponibilidad hídrica y los eventos extremos que podrían afectar la operación o la seguridad de la infraestructura.
Modelos de simulación hidrológica: Se utilizan herramientas como HEC-HMS, SWAT o WEAP para proyectar escenarios futuros considerando cambios climáticos, uso del suelo y variabilidad interanual.
El resultado de esta etapa es una estimación del caudal medio anual, el caudal firme (mínimo garantizado) y el caudal de diseño para turbinas, lo que permite calcular la energía firme y total del proyecto.
La ubicación de la central define su eficiencia operativa, impacto ambiental y costo de construcción. Un sitio mal elegido puede comprometer todo el proyecto.
Altura de caída (head): Se busca maximizar la diferencia de altura entre el punto de captación y la casa de máquinas para aumentar la energía potencial.
Topografía: Se prefieren valles estrechos y profundos para facilitar la construcción de presas y embalses con menor volumen de obra.
Geología y geotecnia: Se estudia la estabilidad del terreno, la presencia de fallas, permeabilidad y resistencia de los materiales para soportar estructuras como presas, túneles y canales.
Impacto sobre ecosistemas: Se evalúa la afectación a hábitats acuáticos, terrestres y especies protegidas.
Presencia de comunidades: Se analiza si el sitio implica reubicación de poblaciones, afectación de medios de vida o patrimonio cultural.
Acceso y conectividad: Se considera la cercanía a vías de comunicación, redes eléctricas y centros de consumo.
Costos de infraestructura: Se estiman los costos de construcción, transporte de materiales, acceso y conexión a la red eléctrica.
Riesgos climáticos: Se evalúa la exposición a sequías, inundaciones o fenómenos extremos que puedan afectar la operación.
Sistemas de Información Geográfica (SIG): Permiten integrar capas de datos hidrológicos, topográficos, ambientales y sociales para identificar sitios óptimos.
Modelos multicriterio: Se aplican metodologías como AHP (Analytic Hierarchy Process) o PROMETHEE para ponderar variables y tomar decisiones objetivas.
Simulaciones hidráulicas: Se modela el comportamiento del río ante la construcción de la presa, el embalse y el vertido, para prever impactos y optimizar el diseño.
La combinación de análisis hidrológico, técnico, ambiental y económico permite seleccionar el sitio más adecuado para el proyecto. Este debe garantizar:
Potencial energético suficiente y estable.
Viabilidad constructiva y operativa.
Mínimo impacto ambiental y social.
Costos razonables y retorno financiero aceptable.