Debilitamiento de la demanda de petróleo afecta el equilibrio del mercado energético global

SUCESO IMPORTANTE EN EL SECTOR PETRÓLEO

La demanda de petróleo en China se debilita debido a la contracción de su actividad manufacturera y la reducción en las importaciones de crudo, afectando los precios globales del petróleo. Los países exportadores adoptan estrategias de ajuste ante el nuevo escenario energético.

Debilitamiento de la demanda de petróleo afecta el equilibrio del mercado energético global

Fecha:
Thursday 05 Jun de 2025

Gestor:
INSTITUTO ISIEN

Durante los últimos meses, la demanda de petróleo en China ha mostrado una clara tendencia a la baja, impactando fuertemente en los mercados internacionales. En abril, el país asiático registró un superávit de petróleo de casi dos millones de barriles diarios, lo que reflejó un exceso de oferta frente a una desaceleración del consumo interno. Esta situación se agravó en mayo, cuando las importaciones de crudo se redujeron significativamente, encendiendo las alarmas en los principales países exportadores.

Las razones detrás de esta reducción en las compras chinas están relacionadas principalmente con la ralentización de su actividad manufacturera. Las fábricas, enfrentadas a una menor demanda externa, han disminuido su producción, afectando directamente la necesidad de petróleo. Las tensiones comerciales sostenidas con Estados Unidos también han contribuido a un entorno económico incierto que frena la recuperación del consumo energético.

Este panorama representa un reto para los productores de crudo que dependen del dinamismo económico chino como uno de los principales motores de la demanda global. La baja en las importaciones ha comenzado a reflejarse en los precios internacionales del petróleo, que han experimentado fluctuaciones a la baja durante las últimas semanas, debilitando la posición de países que utilizan los ingresos petroleros como base de su economía.

Contracción del sector manufacturero

La contracción del sector manufacturero en China se ha convertido en uno de los principales indicadores del debilitamiento de su demanda de crudo. El índice de gerentes de compras (PMI) manufacturero de Caixin se situó en 48,3 puntos en mayo, lo que marca el segundo mes consecutivo por debajo del umbral de 50 que separa la expansión de la contracción. Esta caída muestra una pérdida de impulso en las fábricas chinas, afectadas por la disminución de pedidos tanto internos como externos.

Los analistas destacan que la baja actividad industrial no solo impacta la economía nacional, sino que también repercute en la dinámica energética global. China ha sido durante años uno de los mayores consumidores de petróleo del mundo, y cualquier fluctuación en su ritmo de producción tiene efectos en cadena sobre los países exportadores. Las petroleras enfrentan ahora la disyuntiva entre reducir la oferta o afrontar caídas de precio prolongadas.

El debilitamiento del PMI está relacionado también con una caída en la inversión y con la menor disponibilidad de financiamiento para la industria pesada. A esto se suman restricciones logísticas y un endurecimiento de las condiciones de crédito, que limitan la capacidad de recuperación. Como consecuencia, las refinerías están trabajando a menor capacidad, reduciendo aún más la necesidad de crudo importado.

Repercusiones globales en los mercados petroleros

La desaceleración de la demanda china de petróleo ha generado ondas de choque en los mercados energéticos globales. Países productores como Arabia Saudita, Rusia y Brasil han comenzado a replantearse sus estrategias de exportación frente a un escenario de consumo menos dinámico. Las proyecciones de crecimiento del mercado petrolero para el segundo semestre del año han sido ajustadas a la baja, reflejando la incertidumbre generalizada.

Los precios internacionales del petróleo han respondido con una tendencia a la baja. Las bolsas de materias primas han reflejado esta inestabilidad, con oscilaciones bruscas ante cada informe económico desfavorable procedente de China. La volatilidad del mercado se ha intensificado, y los operadores esperan nuevas señales antes de tomar decisiones de inversión significativas en el sector energético.

Además, las expectativas sobre las decisiones de la OPEP+ se han vuelto aún más inciertas. Aunque el cartel ha promovido aumentos graduales de producción en los últimos meses, la presión generada por la debilidad en la demanda podría provocar una pausa o incluso una reversión en esa política. Mantener el equilibrio entre oferta y demanda se vuelve cada vez más difícil cuando un actor tan influyente como China entra en fase de desaceleración económica.

Estrategias de ajuste de los países productores

En respuesta al debilitamiento de la demanda, varios países productores están optando por estrategias de ajuste para evitar una caída pronunciada en los ingresos. Arabia Saudita ha empezado a reducir de forma selectiva sus precios de exportación, buscando mantener su participación en el mercado sin desencadenar una guerra de precios. Otros países, como Rusia, han manifestado su intención de conservar sus niveles de producción actuales y esperar señales más claras antes de actuar.

América Latina no es ajena a este contexto. Brasil, por ejemplo, ha intensificado su búsqueda de nuevos socios comerciales en Asia y África, diversificando su cartera de clientes para reducir la dependencia del mercado chino. Venezuela y México también han comenzado a revisar sus proyecciones presupuestarias, anticipando una menor entrada de divisas por exportaciones energéticas si la situación persiste.

Mientras tanto, en Estados Unidos, las empresas de shale oil han ralentizado sus planes de expansión, argumentando que la combinación de precios volátiles y menor demanda hace inviable aumentar la producción a gran escala. Esta tendencia podría tener efectos positivos en el equilibrio del mercado si logra compensar el excedente generado por la reducción del consumo en Asia.

Proyecciones del mercado y análisis de expertos

Las proyecciones de las principales consultoras energéticas indican que el crecimiento de la demanda mundial de petróleo podría moderarse en lo que resta del año. El debilitamiento de la economía china, combinado con ajustes estructurales en su modelo productivo, ha reducido las expectativas de incremento del consumo energético. Aunque se espera un repunte en algunos sectores, como el transporte aéreo, el efecto neto será limitado.

Expertos señalan que la clave para estabilizar el mercado radica en la cooperación entre productores y consumidores. Las políticas de estímulo económico adoptadas por el gobierno chino podrían generar un leve aumento de la demanda interna, pero es poco probable que alcancen los niveles previos sin una mejora en el entorno comercial global. Asimismo, el fortalecimiento de otras economías asiáticas como India podría ofrecer cierto alivio a los productores.

En el plano tecnológico, se observa un mayor impulso a las energías renovables, lo que plantea un desafío adicional al petróleo como fuente primaria de energía. Este cambio de paradigma, si bien lento, va desplazando progresivamente al crudo en ciertos segmentos del mercado, sobre todo en las economías desarrolladas. Los productores tradicionales deberán adaptarse a esta transición para mantener su relevancia.

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Jeisson Peña



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